miércoles, 7 de septiembre de 2016

IMPERIO DE ROMA

Los romanos fueron los hombre y mujeres más poderosos, el imperio romano ha alimentado las fantasías del hombre moderno Hollywood ha recreado esa magnificas escenas, el verdadero imperio romano nunca será repetido, fue imperio que sentó precedente en su gobierno, en lo militar, la arquitectura, pero fueron los reyes quienes posesionaron a unos de los más florecientes imperios, la mayoría de los romano piensa que su origen viene del rio Tíbet, de la famosa leyenda de Rómulo y remo quienes su padre los arrojo al rio pero los gemelos fueron salvados por una loba, pero cuando fueron adultos fundaron la ciudad de roma, donde Rómulo asesino  a remo y así se convirtió en el primer rey de roma, después de 50 años los etruscos conquisto  y convirtió un gobierno monárquico, eran gobernantes brutales y sembraban el terror, después de 200 años de hostil opresión un grupo de aristócratas romanos derrocaron la dinastía etrusca y desarrollaron un nuevo sistema de gobierno donde dirigían 2 cónsules quienes eran elegidos cada año, roma se dividía entre los patricias quienes dirigían a roma y los plebeyos gente común del pueblo, pero los plebeyos reclamaron que el nuevo gobierno no era mejor que el anterior así que los plebeyos se erigieron donde aquellos también tuvieran derechos por medio de las doce tablas se protegía al pueblo y sus derechos, , se destaca un hombre llamado cicerón quien era un abogado ágil y ganaba muchos casos, las legiones romanas eran las mejores del mundo , y así los territorio conquistados fueron provincias de roma, para el siglo 2 roma había conquistado muchas tierras, entonces se eligieron gobernador para dirigir estas provincias y la gente conquistada se le permitió ser ciudadanos romanos, el foro era centro cívico de la ciudad , en el foro estaba la actividad y los ciudadanos oraban y ofrecían oración y sacrificios a los dioses, el foro un símbolo de poder de roma, para construir roma necesitaba manos de obra, entonces la gente conquistada fueron esclavizados aunque algunos fueron educados como famosos filósofos otros fueron utilizados como mano de obra.
La muerte violenta de los Gracos dio comienzo al siglo I a.C., el más terrible y convulso de la Historia de Roma. Durante ese siglo, Roma se desangró en interminables Guerras Civiles, cuya causa era precisamente su poder y sus inmensos dominios.
En efecto, las instituciones Republicanas, que habían servido para gobernar la ciudad durante 500 años y la habían conducido a la conquista del Mediterráneo, eran insuficientes para administrar sus posesiones.
Los romanos habían dispuesto sus leyes para evitar que un solo hombre ostentara el poder absoluto, pero los generales romanos se habían vuelto demasiado poderosos. Apoyados en sus legiones y en los recursos de las provincias que gobernaban, pugnaban entre sí para hacerse con el poder en solitario. Primero Mario y Sila, después Julio César y Pompeyo, sumieron el Mediterráneo en un baño de sangre.

Al final de este periodo convulso destaca la figura gigantesca de Julio César: el hombre que, por fin, consiguió concentrar en su mano todos los poderes políticos de forma indefinida. Pero Roma, orgullosa de su tradición republicana, no estaba madura para semejante cambio, y Julio César fue asesinado por un nutrido grupo de senadores en el año 44 a.C.
Ante el cadáver de César y los ojos del pueblo, Marco Antonio –al que todos creían su sucesor natural- rompió los sellos de su testamento. Julio César adoptaba a título póstumo y dejaba como único heredero... al joven Cayo Octavio (conocido después como Augusto). Todos quedaron atónitos, especialmente el defraudado Marco Antonio.
Cayo Octavio apenas tenía 18 años, y era un joven inteligente y reservado, de aspecto enfermizo, pariente lejano de Julio César, en quien el dictador creyó descubrir las extraordinarias cualidades que Roma necesitaba. Y no se equivocó.
Octavio gobernó Roma junto con Marco Antonio, hasta que consiguió deshacerse de él, en la última de las guerras civiles que asolaron la República. La victoria sobre Marco Antonio y Cleopatra (su aliada y amante), el año 31 a.C., colocó Roma en sus manos. Habían pasado 13 años desde la muerte de César.

Todos eran conscientes de que Augusto se proponía ocupar el poder en solitario, pero él, astuto y prudente, nunca lo proclamó abiertamente. Mientras iba edificando el Imperio, repetía sin descanso que todas las modificaciones estaban destinadas a mejorar el funcionamiento de la República.
Las reformas, lentas y escalonadas, se espaciaron cuidadosamente durante décadas a lo largo de su extenso reinado, de más de 40 años. Al principio, llegó incluso a fingir que abandonaba la vida pública para devolver la normalidad a la República. Cuando la ciudadanía y el Senado, sabedores de que sólo él los separaba de una nueva Guerra Civil, le suplicaron que renovara su mandato, sólo permitió una prórroga temporal, y tardó mucho tiempo en aceptar del Senado un poder indefinido.
Exhaustos tras un siglo de enfrentamientos civiles, proscripciones y matanzas, Roma concedió todo su apoyo a ese hombre sereno y prudente, que ofrecía paz y orden a cambio del dominio del estado.
La fecha para el comienzo del Imperio suele fijarse en el año 27, momento en que el Senado le concede el título de Augusto, un calificativo de carácter religioso, que elevaba a su portador por encima del resto de los hombres. Éste también pasó a ser el nombre del octavo mes del año, aquel en el que había nacido el salvador de Roma.

Respetando la idiosincrasia romana, que detestaba profundamente la monarquía, Augusto supo combinar con inteligencia tradición y renovación al crear el Imperio, una nueva forma de gobierno en la que el emperador no sería un rey, ni un tirano, sino el primero de los senadores, destinado a velar por el bienestar de todos.


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