miércoles, 7 de septiembre de 2016

IMPERIO ROMANO DE ORIENTE



Desde la caída del Imperio Romano de Occidente, los gobernantes bizantinos añoraban los tiempos en que este imperio dominaba todo el Mediterráneo. Uno de ellos fue el emperador Justiniano, intento restaurar la grandeza del viejo imperio.
Por eso perduró por casi diez siglos, hasta el año 1453 en el que los turcos otomanos ocuparon su capital, Constantinopla. Fue construida por el emperador Constantino en el año 330, se construyó sobre la antigua ciudad griega de Bizancio. 
A lo largo de diez siglos, los bizantinos, que eran en realidad una pluralidad de pueblos, lograron fusionar la cultura de los griegos y romanos, los elementos religiosos de cristianos y paganos y las costumbres occidentales y orientales. De esta manera conservaron los aportes culturales de la antigüedad y los re-elaboraron bajo nuevas formas.

Constantinopla se ubicó entre el Mar Negro y el Mar Mármaro; estaba rodeado de mar y era el paso obligado de todos los comerciantes que viajaban por mar o por tierra entre Asia y Europa. Hasta el siglo XIII fue una de las ciudades más pobladas del mundo: sólo Bagdag la gran ciudad del Islam la igualó.
Para proteger Constantinopla de los germanos, el emperador Teodosio II, construyo en el siglo V una muralla triple de unos 12 metros de altura que rodeo la ciudad. Esta muralla recorre unos 19 km y tiene 96 torres, desde las cuales los soldados bizantinos divisaban al enemigo.

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