miércoles, 7 de septiembre de 2016

LOS SIETE REYES DE ROMA



En los primeros años del pueblo Roma su forma de estado era la monarquía

Primer rey: ROMULO, junto a su hermano Remo fueron abandonados pero una loba los amamanto, Rómulo mato a su hermano e invito a criminales y exiliados a vivir en su territorio, engaño a los Sabinos invitándolos a una fiesta donde raptaron a sus mujeres para que sus ciudadanos pudieran procrear, también dividió el pueblo entre combatientes y no combatientes ósea plebeyos, los primeros fueron los que procrearon a los futuros patricias, murió en el 715 a.c. después de 36 años de reinado.

Segundo rey: NUMA POMPILIO, recordado por su sabiduría, fue el rey más religioso, repartió entre todos los ciudadanos las tierras de Roma, cuenta la leyenda que desde el cielo cayo un escudo de Júpiter con el destino de Roma el cual fue duplicado 11 veces y adorado por los ciudadanos.

Tercer rey: TULIO HOSTILIO, muy parecido a Rómulo, fomento varias guerras contra los pueblos vecinos conquistando así nuevas tierras.

Cuarto rey: ANCO MARCIO, pacífico y religioso, lucho solo en defensa de territorio romano cuando fue necesario, conquisto alianzas y permitió la unión pacífica y así conquisto territorio para Roma.

Quinto rey: TARQUINIO PRISCO, hijo adoptado de Anco Marcio, obtuvo riquezas para Roma, amplio el número del consejo, construyo el alcantarillado de la ciudad, construyo el circo máximo de Roma fue asesinado por los hijos de Anco MArcio.

Sexto rey: SERVIO TULIO, yerno de Prisco dirigió las primeras murallas, desarrollo nueva constitución romana, se estableció el derecho al voto según su riqueza económica, favoreció a las clases menos favorecidas fue asesinado por su propia hija Julia y su marido.

Séptimo rey: TARQUINIO EL SOBERBIO, yerno de Servio Tulio, utilizo la violencia y el terror para mantener el control e Roma, destruyo todos los altares, permitió la violación de Lucrecia una Patricia romana por uno de sus hijos, un pariente de Lucrecia convoco el senado y el rey fue expulsado.


Tras la expulsión, el senado decidió abolir la monarquía y convertir a Roma en una República.

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